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martes, 29 de octubre de 2013

DE 8 A 9 -OCASO-

Se llamaba Lin, era mi flor de loto, tanto en el aspecto sexual como espiritual. Me llenaba con su presencia, me calmaba era como si el mismo Buda tratara mi espíritu. Desde que la conocí en el bar que regentaba su familia me enamoré locamente de ella. La joven Lin de apenas 20 años me agarró con sus encantos, me envenenó con su mirada y sonrisa y yo caí cautivo. Recién cumplido los 40 la vida me trajo una sorpresas que no esperaba, era esa preciosa mujer oriental que florecía con un sol propio. Mi vida solitaria, el camino que escogí al abandonar cualquier posibilidad de estar con alguien se estaba destruyendo, como si mis pasos saliesen arados, empecé a remover la tierra de ese camino para plantar unas semillas de amor. Pero mi camino no era fácil yo mismo me ponía trabas, no podía ser que un hombre maduro cayera en la tentación de poseer a una recién adulta. Me veía como un pervertido. Cierto es que ella ya era mayor de edad y que en su cultura incluso se desposan mucho más jóvenes, pero a mi me parecía indecoroso y mirando a la sociedad me veía señalado por el dedo implacable de la incomprensión. Tampoco me veía encajando en un mundo cultural tan apartado del nuestro. Los jóvenes orientales que residen en nuestras ciudades cada vez están más occidental-izados pero la realidad es que la tradición y los patriarcas tienen mucho que decir. Por todo ello canalicé mis deseos sexuales al mero hecho de estar junto a ella y disfrutar del tiempo que se nos escapaba entre los dedos. Ella parecía entender a la perfección mi enfoque de esa relación. Solo estábamos una hora juntos quizás a veces dos, pero nuestras vidas solo podían coincidir de 8 a 9 de la noche, cuando el ocaso acechaba nuestras vidas. Por proximidad al bar de su familia yo era un cliente asiduo, no me percaté de la joven Lin hasta varios meses de ser un asiduo al bar. Si tenía que almorzar, comer o simplemente ojear un diario tomando un café, el Bar Chou Wen era mi destino. Los chinos son muy inteligentes y saben como adentrarse en una sociedad aparentemente ya estructurada. Los bares son un centro no solo de ocio sino muchas veces de firmas de negocios muy importantes y los nuevo-llegados nos estudian desde las sombras de sus negocios. Lin era un anzuelo más, primero la dejaron escondida a las puertas del Olimpo hasta que su madurez floreció para cautivar con su belleza e inteligencia a los parroquianos, supo atraparnos, supo hacer crecer el negocio supo lanzar la red de su encanto, y su familia lo explotó al máximo. Pero conmigo era algo diferente se lo notaba en su manera de actuar, en su mirada, en su expresión facial decorada con el rubor de una niña cuando la piropean por primera vez. Tenía tantas ganas de aprender que le maravillaba cualquier conversación en la que ella pudiera extraer sabiduría, lo que no se daba cuenta es que para mi era reciproco. Así poco a poco puedo decir que me enamoré de ella y ella de mi. Los ratos que estábamos en el bar eran diferentes a la hora que la dejaban ir para airearse, al principio paseaba por delante del bar cuando ella salía y por, una casualidad planeada de antemano, coincidíamos y paseábamos juntos un rato. Luego la coincidencia se transformó en complicidad. Prácticamente siempre hacíamos lo mismo, paseábamos y nos íbamos a ver como el sol nos abandonaba. Recuerdo cuando le dije que para mi el sol nunca me abandonaba hasta que no me iba de su lado, creo que fue la primera vez que realmente me costó no abrazarla y poseerla sexualmente. Fue mutuo porque nos obligamos a que hubiera espacio entre nosotros, cada uno tenía sus motivos y sabíamos que todo acabaría mal si cruzábamos esa línea. Seguimos mucho tiempo así, tanto que celebramos algún aniversario suyo y mío, por mucho que yo quisiera obviar la naturaleza, yo también debía cumplir años. Su familia me aceptó de esa manera rara que tienen, te dejan entrar pero nunca atravesar la puerta tu solo, yo lo acepté encantado porque durante una hora ni ellos ni mi sociedad podían separarnos, y la libertad que sentíamos nos llenaba para seguir viviendo con nuestras vidas. Pero al igual que la vida te depara sorpresas agradables te da giros insospechados de dolor extremo. La crisis, las mafias y el miedo no son buenos socios, el bar de Lin no iba bien, el dinero de la mafia se había agotado y la devolución de los prestamos se tenía que hacer, con dinero o con sacrificio humano. La barbarie del ser humano no tiene límite así que el padre de Lin la vendió a la mafia para saldar su deuda de por siempre. Una de las cosas que más me dejó estupefacto fue la predisposición de ella a aceptar el trato sin decir nada. Era como si toda su vida estuviese encaminada a ese fin, como si el camino que recorría la llevaba sin remedio a su destino escrito. Cuando me lo explicó estaba calmada, serena, era yo el que no podía creerme lo, el que se puso a llorar, el que gritó, blasfemó y el que decía que mataría a todos. Fue ella la que me calmó, la que me explicó que debía salvar a su familia, que con su sacrificio ayudaba a sus dos hermanas pequeñas a vivir fuera de esas mafias, el trato era de por vida pasara lo que pasara, ella a cambio de la libertad de los suyos. Yo no entendía como se puede llegar a esa situación, pero la familia atemorizada solo veía la luz vendiendo a Lin. No entraba ni la mínima opción de avisar a la policía o al consulado corrupto que permitía la entrada de esas mafias. Jamás entenderé al ser humano, no podré llegar a entender como el miedo puede hacer que un padre venda a su hija. No podré entender porque nos auto destruimos, no entenderé porque tendemos hacer daño a los más débiles, no entenderé porque las mujeres son las víctimas de un mercado tan sucio. Estaba claro para que querían a mi flor de loto. No sabía que hacer, quise dar dinero pero ni vendiendo mi piso conseguía llegar a cubrir lo que debían, no solo es el bar, son los permisos de residencia que consiguieron, el viaje que hace años planearon, las vidas que les construyeron en un nuevo país, son tantas cosas. Entendí porque Lin estaba tan calmada, desde que salió de Pekín hace más de diez años ella sabía su destino y lo asumió para no volverse loca. Intentó disfrutar al máximo la poca vida que le quedaba, intentó ser otra persona cuando estaba conmigo para que la barbarie que le esperaba no la auto destruyera antes de lo esperado. El día llegó, no se cuando, creo que la noción del tiempo desapareció con ella. A las 8 como siempre la fui a buscar y su padre con los ojos ensangrentados en lágrimas servía una tapa de tortilla a un grupo de personas que ni se percataron de que Lin no les servía y que les atendía un hombre muerto. Me fui a nuestro lugar favorito y vi como el sol se ponía detrás de la montaña que vigila nuestra ciudad. Ahora el sol va a dejar de salir para mi. En la más profunda soledad e impotencia entendí el porque ella se apartaba de mi, una mujer sabe como hacer que un hombre caiga en sus brazos físicamente y espiritualmente, a mi me tenía atrapado, si tan solo hubiera rozado mis labios con los suyos o con sus dedos, estoy seguro que mis miedos hubieran desaparecido, hubiera eliminado toda duda cultural, hubiera ido hablar con su familia para poder formalizar mi relación, pero ella sabía su destino y no quiso que yo estuviese en el. Siempre he creído que el destino no está marcado al nacer, que nosotros vamos escribiendo sus pautas día a día, pero Lin desde que pisó nuestro país dejó de tener lo, porque alguien se lo arrebató, porque alguien lo compró, porque alguien se lo robó. Nadie debería interferir en el diario de nuestro destino. Lin lo sabía así que tiempo después de su desaparición ella quiso volver a ser protagonista de su destino y reescribió su final, la encontraron ahorcada en su habitación de dos metros cuadrados y en la pared escribió con su sangre: Ahora soy libre, te amo. Código: 1310035864072 Fecha 03-oct-2013 15:53 UTC

4 comentarios:

  1. Bueeeeno por fin tercer relato de cuatro, no sé si seguirá un quinto de momento cuatro relatos de 8 a 9 me parecen suficientes. Cada uno con su temática diferente. Sin relación aparente, tan solo que una hora fatídica puede cambiar el destino, la vida o incluso la muerte....espero que os guste este relato... el cuarto lo pondré en breve, lo tengo pero falta darle algún toque...

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  2. Impresionante relato Juanjo…

    He de darte las gracias por haberme dado la oportunidad de hacerme partícipe de tus letras.
    Con tiempo iré saboreando todo lo que aquí nos dejas. Hoy, puedo decirte que degustado dulce y amargamente tan intenso relato. Muestra claramente las inquietudes de alguien, que como muchos en esta sociedad, tiene ante todas esas cosas y por las que sin duda blandiría su espada y alzaría su grito, harto de frivolidades, de mundos corruptos, dedos que señalan y juzgan, injustas y barbaries, aun sabiendo que todo y nada depende de aquel al que no vemos y llena sus arcas teñidas de tantos sacrificios. Pero si ha de resurgir algún destino esté o no escrito, seguro será el único que por esencia nos pertenece y nos arrebataron; el ser humano brotará de nuevo de entre las marañas de espinos y broza a las que nos lanzaron sin piedad, y volverá a ser un hombre entero con grandes valores y dignidad.

    Tus letras inspiran amigo, ha sido un placer leerte ;-)

    Bsos…

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  3. Conmovedor, Juanjo. Me ha gustado tu forma de plasmar las emociones encontradas de los protagonistas. Desde la ternura que desemboca en amor hasta el trágico desenlace de una familia venida de oriente. Sin olvidar la lucha interna que mantiene Lin consigo misma: por un lado el acatamiento sumiso de la decisión tomada por el padre, y por otro lado, la inquietud de conocer y saberse libre de tomar sus propias decisiones.

    Ha sido un placer pasearme por tus letras... con tu permiso, seguiré mi ronda.

    Un beso desde mi Jardín.

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    Respuestas
    1. Un placer tenerte por aquí, ya sabes que a mi me tienes enganchado a tus palabras...

      Besos

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